• Donato Contuzzi
  • Filippo Pellini

Los seminaristas de la Fraternidad de San Carlos, durante los años de formación, descubren la belleza de la vida en comunidad, el silencio, la liturgia, el estudio, la misión. Descubren la atracción de una vida totalmente entregada a Cristo, llena de pasión para que los hombres lo puedan conocer.

El camino del seminario está compuesto, en primer lugar, por dos años de estudio de Filosofía y de Introducción a la vida de la Fraternidad de San Carlos. Tras los estudios filosóficos, los seminaristas pasan un año en alguna de las casas, en el extranjero, para una primera experiencia de las misiones. Al regreso, continúan los estudios con el trienio teológico. Con la ordenación diaconal, al término de la teología, son enviados al lugar designado.

La vida cotidiana está jalonada por la oración comunitaria, los momentos de silencio y la misa. La formación académica se desarrolla mediante cursos internos o realizando cursos en las Universidades Pontificias de Roma. Las tardes están dedicadas al estudio y a las diferentes responsabilidades de la casa: la secretaría, los cantos, la liturgia, el trabajo de jardinería, la biblioteca, etc. Además, a cada uno le es confiada una tarea misionera y de caridad: visitar a los ancianos, los niños enfermos de un hospital pediátrico, los jóvenes del correccional para menores, las familias de la periferia de Roma, o bien, ayudar a los sacerdotes en la educación de los muchachos.

Todos los seminaristas son educados a la vida en comunidad; por eso, el seminario está dividido en núcleos más pequeños, verdaderas casas donde crecer descubriendo la belleza de la comunión vivida. También la liturgia, la oración comunitaria, las tareas, realizadas juntos, son dimensiones importantes de la educación a la vida común.

  • Ruben Roncolato

La casa de formación abre sus puertas en Santiago de Chile el 4 de noviembre del 2009, en la zona “Ciudad del Este”, donde los sacerdotes de la Fraternidad ya se ocupan de la parroquia Pedro Bonilli de Puente Alto y de otras tareas pastorales que tienen que ver con la vida de Comunión y Liberación. El seminario había nacido en el año 2002, en la Ciudad de México, para recibir, cobijar y auxiliar a las vocaciones de la Fraternidad surgidas en América Latina, pero en años posteriores eran menos las condiciones para mantenerlo en México. Así se pensó como nueva sede en la opción de Chile, un país caracterizado por una discreta estabilidad económica e institucional, en donde la Fraternidad había llegado en el 2006, y particularmente en Santiago, centro de la vida cultural y universitaria. La casa no es sólo la sede de los primeros años del seminario, sino un lugar que ofrece una formación completa, también abierta a seminaristas enviados de Italia para constituir una comunidad más amplia y tener la posibilidad de formar sacerdotes ya insertados en un ambiente cultural latino-americano. En junio de 2011 es inagurado el nuevo seminario en Camino el Olivar, en la Comuna de Las Condes. El 19 de diciembre de 2015 se realizaron las primeras ordenaciones fuera de Italia.

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