Santiago, una iglesia nueva, un nuevo inicio

La construcción de un nuevo barrio aumenta nuestra misión de Puente Alto. La primera celebración en la nueva iglesia nos enseña que Cristo sigue siendo lo más esperado.

Babbi Cottafava Dimensioni Grandi
La iglesia de María Madre Admirable en Ciudad de Sol, Santiago de Chile.

En nuestra querida Europa es raro celebrar la primera misa de una iglesia nueva. Sin embargo, esto sigue sucediendo en el mundo meridional chileno. El pasado siete de julio, un río inesperado de gente entró por primera vez en la iglesia dedicada a María, Madre Admirable, en Puente Alto, ciudad situada al sureste de Santiago de Chile. Fue una gran fiesta para toda la comunidad del nuevo barrio de Ciudad de Sol, que llevaba años esperando este nuevo inicio. Vimos a más de una persona conmoverse al entrar en la iglesia.

Una iglesia que parece haber sido construida expresamente para Ignacio, un niño autista de diez años y que ese día, cuando entró el primero nos preguntó si san Ignacio existía. Le contamos la historia del fundador de los jesuitas y le dijimos: «¡Tú también puedes llegar a ser santo!». Nos miró asombrado y preguntó: «¿Podría poner mi estatua en esa esquina?».

Una iglesia construida para Rosa, una señora que había prometido volver a la iglesia si se abría este templo. Apenas puso un pie dentro del edificio, buscó a un sacerdote para confesarse.

Una nueva iglesia para el pueblo de jóvenes y niños que viven en este barrio de Puente Alto y que desean conocer a Dios, como recordaba el alcalde, German, que financió la estatua de la Virgen de la fachada.

Una iglesia construida gracias a la donación de Alicia, una señora que deseó que fuese dedicada a María, Madre Admirable. En su discurso, quiso subrayar que Jesús se acercó a los hombres a través de la encarnación en el vientre de María y que esta iglesia es Cristo acercándose a los hombres.

Una nueva iglesia llena de personas que, como decía en la homilía el vicario episcopal don Rodrigo, «refleja la comunión que los sacerdotes de la Fraternidad San Carlos viven entre ellos y que ha acercado a muchos jóvenes».

La implicación de Dios en la vida del hombre se produce siempre a través de un punto preciso

Nosotros pensábamos en las palabras de don Giussani: «La implicación de Dios en la vida del hombre se produce siempre a través de un punto preciso, carnal, dentro del tiempo y el espacio, en el que tiene lugar la interferencia del Misterio. Esta es la noción del templo. Se trata de reconocer el método que Dios ha elegido para darse a conocer al hombre» (L. Giussani, El templo y el tiempo, Ediciones Encuentro, Madrid, 1995).

Durante los meses anteriores hablamos mucho en casa del asunto. Buscábamos entender juntos los pasos que Dios nos pedía en esta nueva aventura para vivir nuestra única misión: anunciar a Cristo a las personas que Él nos confía. Parte de la reflexión fue considerar la belleza de la iglesia como parte fundamental de este anuncio, donde cada detalle −desde la imagen del tabernáculo a la posición de los bancos o la decisión de los horarios de las misas− encontraba su dignidad al servicio del mismo. En la misa participaron en torno a ochocientas personas y muchos de ellos pidieron los sacramentos para sí mismos y para sus hijos: Cristo sigue siendo lo más esperado, en cualquier época y lugar.

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